El 8 de marzo de 2024 hará 113
años que se reivindica simultáneamente en una misma jornada la igualdad en el mundo. No es nada nuevo, no es ninguna moda, vamos a conocer la raíz del 8 de Marzo.
Nos remontaremos a 1910, cuando Clara Zektin, junto con sus compañeras trabajadoras y sindicalistas, comienzan a denunciar la doble explotación de las mujeres: en el mundo del trabajo y en la sociedad, por el hecho de ser mujeres. Su prioridad fue conseguir que las mujeres
accedieran al derecho al voto y al empleo, en igualdad de condiciones que los hombres, como base para su desarrollo
personal igualitario.
Las mujeres sin derecho al voto ni a la educación básica y superior, sin igualdad en las condiciones de trabajo, tenían cerradas las puertas a la ciudadanía plena y por tanto a la autodeterminación personal. Por ello, reclamó para las mujeres el derecho
al voto, a la educación, a la participación política y sindical, a la igualdad
en el salario por igual trabajo, sin discriminación por el género de las personas.
Así la primera celebración del día de la mujer se produjo el 28 de febrero de
1909, cuando el Partido Socialista de América designó esta jornada en recuerdo
de la huelga de las trabajadoras del textil en Nueva York el año anterior. Precisamente en ese periodo de
tiempo, concretamente el 25 de marzo de 1911, y también en la Gran Manzana, se
produjo otro hito de relevancia para esta jornada: el incendio en una fábrica
de confección de camisas en el que fallecieron casi 150 trabajadoras, que no
pudieron abandonar el lugar al estar las puertas cerradas con llave. La
magnitud de la tragedia supuso un antes y un después en la lucha por la mejora
de los derechos laborales de las mujeres y se trata de un suceso íntimamente
relacionado con las reivindicaciones del Día de la Mujer.
Evolución del sufragio femenino
Una de las grandes
reivindicaciones históricas vinculadas con el Día de la Mujer, así como uno de
los síntomas de avance hacia mayor igualdad en la sociedad, es el sufragio
femenino. De hecho, en Copenhague en 1910
cientos de participantes se reunieron en la Segunda Conferencia Internacional
de Mujeres Socialistas (la primera había sido en 1907) y decidieron organizar un Día de la Mujer de manera anual para reforzar la lucha por el sufragio femenino. Un derecho que las mujeres habían
conseguido por primera vez en la historia en Nueva Zelanda a finales del siglo
XIX, concretamente en 1893. Aunque lo cierto es que hasta 1919 se mantuvo la
prohibición de ser elegidas para un cargo público.
En 1906, Finlandia se convertía
en el primer país del mundo en el que las mujeres podían ser elegidas para el
parlamento. Además, al permitir también el voto, el país nórdico (que por
entonces formaba parte del Imperio Ruso) pasaba a ser el primero europeo en el
que las mujeres podían votar.
En 1929, Ecuador hacía historia
al ser el primer país de América Latina en permitir votar a las mujeres.
Sufragio femenino en España
En España, el sufragio femenino
no llegó hasta las elecciones de 1933, habiéndose aprobado en 1931.
En los debates sobre este avance
intervinieron las diputadas Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken,
lo cual evidenciaba la paradoja de que las mujeres podían ser elegidas, pero no
podían votar.
Este conjunto de acontecimientos motivó que el 8 de marzo fuera designado para conmemorar el día Internacional de la Mujer, que ha de entenderse como un esfuerzo prolongado en el tiempo, para conseguir la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Más información en Naciones Unidas:
https://www.un.org/es/observances/womens-day